Solo,
te espero cuando todo se deshace,
te miro cuando todo es penumbra,
te veo.
Sigo tus sombras hasta el abismo,
me deslizo y recorro tus pasos,
caigo.
No hay aire que roce mi rostro,
pero veo tu luz y me levanto,
te vuelvo a perseguir,
luz parpadeante.
Y cuando te encuentro,
en esas sombras,
sin rostro,
te vas.
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